martes, 1 de septiembre de 2015

EL MISTERIO DE LA VICEDIRECCIÓN



PRÓLOGO
  Teníamos unos alumnos tan exasperantes en esa novena división que todos secretamente nos sentíamos esperanzados de que algún día desaparecieran.
   Alimentando esos deseos nada edificantes para el apostolado de la educación mientras intentaba apresurar las horas de la tarde procurando no mirar  los rojos ladrillos de la pared que enfrentaba a mi escritorio di forma a este cuento.
Los personajes son fiticios- Cualquier semejanza con la realidad, es mera coincidencia.
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La nueva vicedirectora se recostó complacida en la roja y cómoda butaca mirando a su alrededor.
La placa con la leyenda de la inauguración, semejaba una lápida sobre la pared de ladrillos vistos. Éstos no guardaban mucha armonía entre sí, había gruesos, delgados, salientes, largos y cortos; demostrando así que la construcción se había hecho con materiales no de primera. Otro remiendo a la educación pública. 

  La misión de la recientemente nombrada docente era organizar la escuela e indagar sobre el porque de la deserción de los alumnos. Al comenzar la tarea se sorprendió al enterarse que la policía había abierto una investigación sobre ellos, pues eran chicos que desaparecieran misteriosamente en los últimos tiempos.
El personal de la habitación lindante, creía oir ruidos y gritos que parecían salir de la mampostería. Don Armando, el  viejo portero, cuando acomodaba la oficina notaba que el espacio entre la silla y el escritorio se iba achicando día a día.Pensaba don Armando que esta sensación era producto de su naciente senilidad._ ya es hora de jubilarme._ mascullaba fastidiado._ aparte que me han mandado a este apartado lugar tan alejado de las comodidades del Colegio del  Centro.¡¡ un buen castigo!!!._

  La vicedirectora creyó que estaría tranquila en ese colegio de periferia .
Una tarde mientras el viento rugía, húmedo, obscuro y el frío espiaba por los resquicios de la puerta, le pareció que los ladrillos se movían, acompañados por leves gemidos y de alguna palabrota que se amortiguaban  por el cemento.

  Se levantó de su asiento asomándose por la puerta que daba al patio ya en penumbras. Estaba sola, no quedaba nadie en la escuela. Sólo ella enfrascada en su trabajo de fin de jornada. Decidió irse pués el temor comenzaba a hormiguearle la piel, pero de pronto fue inmovilizada por una telaraña maloliente mientras veía como uno a uno caían los ladrillos dejando salir por los huecos, esqueletos vestidos con delantales blancos que reían desaforadamente girando a su alrededor y uno de ellos leía el nombre de aquellos alumnos desaparecidos y voces de hueso respondían ¡¡PRESENTE!!

  El asombro de la comunidad escolar fue aumentando con el correr de los días alimentando las habladurías que se suscitaban por la repentina desaparición de la vice.

  Hubo quien recordó que ella tenía un novio, viajante de comercio de la Capital, que esa noche habría estado rondando por las cercanías de la escuela. Algunos conjueturaron una supuesta conexión con la mafia, dando motivos su apellido netamente italiano y unos tíos que andaban en raros tejemanejres.
  La cuestión es que pasó el tiempo y nunca reapareció.
 Extrañamente cuando  limpiaban la vicedirección, siempre se encontraban hilachas de delantal blanco,  adheridas a la pared, que parecían salir de ella.

                                                                                        B. Susana Galván

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