martes, 20 de diciembre de 2016

UNA GRISETA MODERNA


UNA GRISETA MODERNA

La radio está volcando  cascadas de olores a cera,  jazmines y glicinas.

No música ni notas siquiera, solo perfumes de bellas cosas sosteniendo
recuerdos que amenazan huir con eso que llaman Alzehimer

Por eso Cristina enciende el aparato las tardecitas de domingo.

Los domingos que siempre son solitarios, a pesar que la familia crezca con nuevos integrantes; hay que respetar la intimidad de la tribu y no escapar de las soledades de tilos y madreselvas corriendo a refugiarse en sus brazos.

Atenaza el corazón correr el dial y saborear el aroma a caldo de la abuela gringa, de  las glicinas que trepaban las paredes del patio trasero de la casa paterna.

Hasta que llega el momento en que se funde el perfume de la  celeste flor con las notas de ese tango que supo bailar de joven en aquel club, el cual se perdiera también con el progreso del barrio.

Y sí, se viene la historia de zapatos de taco aguja, falda a media pierna de donde se asoma la raya impecable de la media.

Del zaguán del romance cuyas puertas cancel ruborizadas procuran disimular ardores con sus tenues visillos de voile.

Cristina se compara con la griseta que perdió la fe como en el tango de Maffia y Chinarro.
Griseta moderna de calles con nombres de próceres, griseta sin percales ni glicinas. Más el dolor las iguala en ese café solitario sin barra de amigos.

Sólo las cadencias que brotan de la radio acompañan la nostalgia que transformada en luciérnaga bailotea sin bríos entre las sombras perfiladas de los edificios parpadeantes de luces.

Pentagramas vacíos de notas, libros vírgenes de lecturas acompañan con su vacío la triste tarde del domingo.

Perfumes de sahumerios tratando de imitar el aire perfumado de la naciente primavera en el solitario claustro ciudadano.


Cristina se duerme mientras acuna su sueño un tango celeste y dulce que va perdiéndose nota a nota en ese cacho de cielo que ya ni siquiera es suyo

Susana Galván 

jueves, 28 de julio de 2016

EL HOMBRE DEL CHAT

EL HOMBRE DEL CHAT
Fueron las ultimas gotas de perfume importado, que había reservado para alguna ocasión que pudiera presentarse conveniente .Al envolverse en su aroma, siempre se sentía tan reconfortada, que su imagen cambiaba, haciendo  que todos los que la rodeaban se dieran cuenta al instante.
Por eso, lectoras amigas, cuando estén bajoneadas por esas múltiples particularidades, que padecemos las mujeres, no duden en invertir en un buen perfume. Remienden alguna media agujereada de los niños, en vez de correr a adquirir un par de marca para los “pobrecitos”. Pongan en la mesa un apetecible plato de hígado, ajos incorporados y bañado con jugo de limón Hacedles creer que es la última moda en Mac. Donald u otra aberración parecida. Tendrá ante su vista, narices  fruncidas y podrá oír expresiones que parecerá que una invasión de bulimia invade, de pronto   vuestra mesa. Pero, no os amedrentéis, estimadas  congéneres. Los niños no morirán, por un almuerzo no consumido y usted ganará esa seguridad femenina, que ya hace tiempo puede haber perdido. Camine hasta  su trabajo, abandonando el taxi, aunque el callito del dedo meñique la torture y sonría. Ponga en uso su tarjeta de crédito y rehúsese a comprar las toallas nuevas, que precisa reponer, porque los niños las dejan tiradas, después de bañarse, en vez de colgarlas para que sirvan para otra vez.
Así, querida y sacrificada dama, podrá comprar su esencia preferida en cómodas cuotas mensuales, arroje el sentimiento de culpa que ya la está envolviendo y piense, que si usted está bien, los suyos lo estarán también, con el cambio de su humor.
Estos eran los pensamientos de Raquel cuando ponía perfume detrás de sus orejas, antes de bajarse del ómnibus, que la traía desde el interior, en la estación de Retiro.
Ahí tendría que estar esperándola,  supuestamente, Enrique, relación que se había iniciado, medio Chat, y que pareciera augurar el buen comienzo de algo.
No se conocían pero era seguro que de estar , lo habría encontrado en la plataforma. haciendo tiempo y esperando. Comenzó a fijarse en cuanto hombre solo, pareciera estar buscando algo. Los que veía no le agradaban de ningún modo.
En eso lo  vio entrar por la puerta de la sala de espera, se ayudaba para caminar, con un bastón anaranjado, sus piernas endebles temblaban a cada paso. Sus ojos, eran tan tristes………..sus manos blancas y heladas por el frío, parecían esperar el calor de otras .Estaba  preparada para algo así, aunque la verdad que relatara Enrique, era otra muy distinta; sabía que cuando una persona va en busca de una ilusión, no escatima los medios para alcanzarla y no miente, sólo sueña y pide que se haga realidad.
Jamás pasó por su cabeza, la idea de evadir el encuentro. Ahí estaba y afrontaría la situación, si esa persona era Enrique, ella cambiaría su sueño y le brindaría su amistad, su apoyo, tratando que él no se sintiera tan mal.
Se acercó al hombrecito de barba y bigotes, mostrando su mochila colorida, que era la manera de identificarse. El mismo, parado delante de ella, no la miró siquiera, siguió con su mirada ansiosa buscando tal vez otros ojos, otras manos, otros sueños. Raquel, para no herirlo más, continuó su camino hasta la salida de la Terminal de Ómnibus.
Bajó la rampa, buscando todavía a Enrique, conservando una esperanza. Pero, los hombres con que se cruzaba , no le atraían de ningún modo.. Sacó, entonces su mejor sonrisa del bolsillo y continuó su camino. La feria de los “bolitas” mostraba su colorido de prendas, era escasa la concurrencia, sólo algunos distraídos viajeros que se encaminaban a sus destinos, con rostros serios y preocupados. Es  tal vez la  manera que tenemos los argentinos, de transitar las calles. Como si esa fuera una máscara que escondiera nuestras emociones, defendiendo así, nuestra intimidad  ante los extraños.
Escuadras de policías uniformados, ensayaban su rutina, marcando el paso por la Avda. de Mayo, pero ésta, semi-vacía le permitió sumergirse tranquila en el aroma del invierno porteño, disfrutando en ese anonimato los sueños de aventura que ricamente continuaban alimentando su vida.
Frente al Congreso, las  vallas, que lo circundaban, le hicieron presumir alguna manifestación, las cuales, en ese año del 2005, ya eran parte del folklore de la ciudad. Un grupo de turistas, jubilados, seguían a la coordinadora, que los guiaba entre el laberinto de calles y  parapetos .Se unió al grupo por si acaso, pero el sol  entibiaba  afortunadamente a corredores de una maratón, que se acercaban a la  meta entre el entusiasta aplauso de familias, con sus niños en upa, que alentaban la naturaleza viviente en las piernas de los atletas.
Su último lujo de ese día, fue encaminarse hacia el subte de Florida y Diagonal Norte y viajar en la soledad placentera del domingo, hasta  su otro destino.
Detrás quedaba  el sueño del hombre del Chat.
B. Susana Galván


viernes, 15 de abril de 2016

EL ÁRBOL QUE QUERÍA SER LIBRO

EL MOLLE QUE QUERÍA SER LIBRO

H
abía una vez  un lugar cerca del arroyo que separaba las provincias de San Luís y Córdoba, allá donde el camino se hacía más solitario y sinuoso , mientras los verdes de primavera corrían los últimos restos marrones del invierno detrás de las sierras; se erguía achaparrado y tristón el molle de este cuento, quién solía lamentarse el que todos pasaran a su vera sin reparar en él ,urgiéndoles el internarse en el mágico sendero que los arribaba al club de campo, que enclavado en la sierra estaba provisto de comodidades tales como asadores, sanitarios y una pileta alimentada por la fresca agua de vertiente donde era una delicia bañarse 
Además el lugar se había hecho conocido por la letra de la canción que Rubén Gallardo había compuesto en homenaje a sus propietarios, Juan el largo y su compañera Rosa.
Aunque el movía rumorosamente sus ramas, lanzando el aroma de sus pequeñas flores blanquecinas, nadie se detenía bajo su sombra acogedora. Es verdad que en una ocasión una pareja de turistas en luna de miel, aprovechando la soledad se tendió bajo su protección dando rienda suelta a sus impulsos amorosos para terminar totalmente flechados, no ya de amores, sino de una urticaria fastidiosa que hizo terminar antes de tiempo con sus vacaciones.
._Bueno:_ se dijo el árbol._ ellos no conocían la leyenda y su piel blanca fue  desencadenante de la tragedia._( en tiempos de la conquista sucedió que un capitán español, enamorado de una doncella aborigen, al verse rechazado por ella, la asesinó; por lo cual Pachamama la convirtió en molle y se dice que cuando una persona de ascendencia europea se duerme bajo su abrigo, caen flechas desde el árbol, produciendo comezones en todo su cuerpo, las mismas que lanzara el verdadero dueño del amor de la muchacha contra el conquistador ,para vengar su muerte)
Así continuaba la vida del molle, sacado de su aburrimiento a veces por la visita de las serranas, que recolectaban sus oblongos frutos para endulzar infusiones y hacían lo mismo con sus hojas que utilizaban para medicaciones.
Clarita solía acompañar a doña Pura , siempre ligándose un reto de su abuela, pues en vez de dedicarse a guardar los frutos y hojas, que para eso la llevaban, aprovechaba esos momentos para hablar secretamente con el molle, confiándole sus sueños de niña. Así transcurrió el verano , el otoño comenzó a dorar las hojas del árbol las cuales depositándose en el pedregoso suelo terminaban formando una alfombra ondulante que adquiría vida con cada soplo de los vientos serranos; la cual siempre estaba húmeda pues del molle caían lágrimas de tristeza por la ausencia de Clarita. Llegaron las nieves y el tiempo continuó inexorable su andar hasta que el rumor  de los turistas volvió a poblar de vida el paraje en las vacaciones de invierno y el milagro se produjo. Clarita había regresado a visitarlo; ya no era la pequeña serrana que se había marchado hacía tanto tiempo, ahora tenía ante sus vegetales ojos a una jovencita de cabello renegrido y lustroso, que vestía ceñidos vaqueros y se apoyaba en su tronco para escribir poemas y sonreírle en simple complicidad.
Ya doña Pura no la acompañaba con sus rezongos; solo eran la joven y el molle.
Aquí supo el árbol lo que era la felicidad espiando los versos que se desgranaban en las hojas vírgenes del cuaderno. Muchas horas fueron testigo del acaso romance del árbol y la niña, pues hallaba su inspiración bajo su copa y del rumor de sus hojas acariciando su rostro.
Así fue que terminaron esas vacaciones y Clarita regresó a la ciudad, sumiendo nuevamente en la soledad de la espera a su amigo.
A veces furibundo descargaba sus flechas de leyenda hacia los pocos caminantes que atinaban a pasar por su cercanía, otras se sacudía en sollozos impregnando el árido suelo y ese llanto fue dando vida a unas extrañas plantitas cuyas flores al ser rozadas por los rayos del sol, adquirían forma de letras; también su copa fue paulatinamente cambiando de forma, abriéndose a ambos lados semejando un libro abierto. Pachamama habíase apiadado de su dolor y soledad, otorgándole su nueva fisonomía.
Cuentan los lugareños que en el recodo del arroyo que lleva a “El Escondido” se encuentra un molle de beber, que en vez de flechar a los que se refugian bajo su sombra, les hace caer en su regazo frutos y flores de colores negro y azul, en forma de letras, que si se detienen a observar pueden leer poniéndolas en orden; hermosas leyendas y poemas de amor, mientras el viento mueve el follaje abriéndolo como las hojas de un libro

MOLLE : Como diurético y estomacal se emplean los frutos y hojas; contra resfríos, edulcorante medicinal y para teñir de color amarillo, las hojas. Para la preparación de bebidas denominadas "arrope" y "aloja" y fabricar refrescos, los frutos; además, en Córdoba acostumbran colocarlos en el mate para mejorar su sabor. La madera es utilizada para carrocerías, postes y leña. La planta es ornamental



miércoles, 13 de abril de 2016

LA LEYENDA DEL AMANCAY

La leyenda del Amancay

La leyenda de la flor de amancay.

 En la zona de Ten-Ten Mahuida, hoy conocido como Cerro Tronador, habitaba la tribu Vuriloche, cuyo nombre luego se deformaría para denominar esa bella comarca andina. Quintral, el hijo del cacique de la tribu, era admirado por las jóvenes debido a su valentía y fortaleza. Entre todas ellas había una que, además de admiración, sentía un profundo amor por él, pero su condición humilde le impedía siquiera imaginar la posibilidad de que el joven se fijara en ella.Amancay, tal era el nombre de la hermosa joven, no era indiferente a Quintral.
Muy por el contrario, él sentía que su corazón se inflamaba cada vez que la morena joven se encontraba cerca, pero sabía que su padre jamás aceptaría que él la desposara.
Un día, varios integrantes de la tribu comenzaron a morir a causa de una extraña enfermedad. La epidemia no tardó en extenderse, y también Quintral cayó gravemente enfermo.
Aquellos que aún se encontraban sanos comenzaron un éxodo que les permitiera alejarse de los malos espíritus que estaban diezmando a su gente.
Quintral empeoraba cada vez más, y en medio del delirio y la fiebre no dejaba de pronunciar el nombre de su amada Amancay. Su padre consultó a su consejero y este le contó sobre el amor profundo y silencioso que existía entre ambos jóvenes.Viendo el grave estado de su hijo, el cacique envió a sus mejores guerreros a buscar a la muchacha.Mientras tanto, Amancay había consultado a una Machi para que la ayudara a encontrar una cura para su amado Quintral. La anciana le reveló que la única forma de salvar al joven era prepararle una infusión con una flor amarilla que crecía en la cumbre del Ten-Ten Mahuida, y Amancay no dudó en ir en su busca.
El ascenso no fue sencillo, pero ella no cejó en su esfuerzo. Por fin logró llegar a la cima de la montaña y encontrar la bella flor, pero no se percató de que el gran cóndor la observaba desde las alturas.
Tan pronto como Amancay arrancó la delicada flor, el cóndor descendió junto a ella y le recriminó haber tomado aquella flor que pertenecía a los dioses.
Con voz de trueno dijo que los dioses lo habían puesto como guardián de las cumbres y todo lo que en ellas se encontraba, y a pesar de que la joven pidió disculpas y explicó la situación en la que se encontraba Quintral, el imponente ser no quiso escuchar razones.
Al ver que las lágrimas brotaban de los ojos de la muchacha, el cóndor le propuso entregarle la flor a cambio de que ella le diera su propio corazón.
Amancay no dudó. Después de todo, ¿de qué le serviría su corazón si no tenía a nadie a quien amar?
La joven se arrodilló frente al ave y sintió como el potente pico habría su pecho en busca del delicado corazón.
Sus labios se abrieron y una débil voz pronunció por última vez el nombre de su amado Quintral.
El cóndor, conmovido por el amor que hasta último momento demostró la joven, con delicadeza tomó el corazón con una garra y la flor amarilla con la otra para luego elevarse majestuosamente.
El cóndor voló hasta la morada de los dioses, sin darse cuenta que gotas de la sangre de Amancay salpicaban no sólo el camino sino también la delicada flor.
Una vez en su destino, imploró que le permitieran llevar la cura para Quintral y que crearan un recordatorio para que el sacrificio de la joven no fuese olvidado. Ambas cosas fueron concedidas, y de cada gota de sangre que cayó en los valles y las montañas nació una bella flor amarilla con gotas rojas que se convirtió en símbolo del amor incondicional.

Desde ese día, quien regala una flor de Amancay te entrega su corazón.

La leyenda del Amancay

La leyenda de la flor de amancay.

 En la zona de Ten-Ten Mahuida, hoy conocido como Cerro Tronador, habitaba la tribu Vuriloche, cuyo nombre luego se deformaría para denominar esa bella comarca andina. Quintral, el hijo del cacique de la tribu, era admirado por las jóvenes debido a su valentía y fortaleza. Entre todas ellas había una que, además de admiración, sentía un profundo amor por él, pero su condición humilde le impedía siquiera imaginar la posibilidad de que el joven se fijara en ella.Amancay, tal era el nombre de la hermosa joven, no era indiferente a Quintral.
Muy por el contrario, él sentía que su corazón se inflamaba cada vez que la morena joven se encontraba cerca, pero sabía que su padre jamás aceptaría que él la desposara.
Un día, varios integrantes de la tribu comenzaron a morir a causa de una extraña enfermedad. La epidemia no tardó en extenderse, y también Quintral cayó gravemente enfermo.
Aquellos que aún se encontraban sanos comenzaron un éxodo que les permitiera alejarse de los malos espíritus que estaban diezmando a su gente.
Quintral empeoraba cada vez más, y en medio del delirio y la fiebre no dejaba de pronunciar el nombre de su amada Amancay. Su padre consultó a su consejero y este le contó sobre el amor profundo y silencioso que existía entre ambos jóvenes.Viendo el grave estado de su hijo, el cacique envió a sus mejores guerreros a buscar a la muchacha.Mientras tanto, Amancay había consultado a una Machi para que la ayudara a encontrar una cura para su amado Quintral. La anciana le reveló que la única forma de salvar al joven era prepararle una infusión con una flor amarilla que crecía en la cumbre del Ten-Ten Mahuida, y Amancay no dudó en ir en su busca.
El ascenso no fue sencillo, pero ella no cejó en su esfuerzo. Por fin logró llegar a la cima de la montaña y encontrar la bella flor, pero no se percató de que el gran cóndor la observaba desde las alturas.
Tan pronto como Amancay arrancó la delicada flor, el cóndor descendió junto a ella y le recriminó haber tomado aquella flor que pertenecía a los dioses.
Con voz de trueno dijo que los dioses lo habían puesto como guardián de las cumbres y todo lo que en ellas se encontraba, y a pesar de que la joven pidió disculpas y explicó la situación en la que se encontraba Quintral, el imponente ser no quiso escuchar razones.
Al ver que las lágrimas brotaban de los ojos de la muchacha, el cóndor le propuso entregarle la flor a cambio de que ella le diera su propio corazón.
Amancay no dudó. Después de todo, ¿de qué le serviría su corazón si no tenía a nadie a quien amar?
La joven se arrodilló frente al ave y sintió como el potente pico habría su pecho en busca del delicado corazón.
Sus labios se abrieron y una débil voz pronunció por última vez el nombre de su amado Quintral.
El cóndor, conmovido por el amor que hasta último momento demostró la joven, con delicadeza tomó el corazón con una garra y la flor amarilla con la otra para luego elevarse majestuosamente.
El cóndor voló hasta la morada de los dioses, sin darse cuenta que gotas de la sangre de Amancay salpicaban no sólo el camino sino también la delicada flor.
Una vez en su destino, imploró que le permitieran llevar la cura para Quintral y que crearan un recordatorio para que el sacrificio de la joven no fuese olvidado. Ambas cosas fueron concedidas, y de cada gota de sangre que cayó en los valles y las montañas nació una bella flor amarilla con gotas rojas que se convirtió en símbolo del amor incondicional.

Desde ese día, quien regala una flor de Amancay te entrega su corazón.

martes, 22 de marzo de 2016

LAS TERMAS DE CACHEUTA Y SUS LEYENDAS.

El chasqui corría sin detenerse por el sendero secreto que unía todos los pueblos, todas las aldeas. Tristes noticias llevaba: el gran inca había sido tomado prisionero.

Hasta Inti, el Sol, se había ocultado en la larga noche, llorando la suerte de su hijo más amado. 

Estaba lejos de los últimos tambillos, ya no había pirca alguna donde guarecerse. El camino se hacia más y más tortuoso. 

Se iban cerrando las cumbres y se abrían precipicios helados en la montaña blanca. Entonces, sus pies cansados se hicieron alas y siguió sólo guiado por la Cruz del Sur.

Montado en el viento llegó a las tierras huarpes del gran curaca Cacheuta, fiel vasallo de su señor. Tal vez él podría ayudar a liberar a Atahualpa. 



El cacique, cuya bondad era ya leyenda, tras pocas palabras, reunió todos los tesoros de sus dominios para comprar con oro y plata la libertad del Hijo del Sol. 

Llamas cargadas con los preciados metales y un pequeño grupo de sus más valientes hombres, con él a la cabeza, fueron adentrándose en la montaña. Iban bordeando el río y a su paso se inclinaban los penachos de las cortaderas saludando con respeto al cortejo.

Miró al cielo buscando las señales. 

La mano de Inti cayó sobre las armaduras de los enemigos que esperaban agazapados en un recodo cercano, alertando con su destello al cacique. 

Escondió la montaña en sus entrañas los tesoros que portaban sus hijos, mientras ellos se aprestaban al enfrentamiento. Un momento después el silencio se hizo grito, y un revoltijo de flechas, pólvora y espadas, los hundió en una batalla desigual y cruel.

Y fueron cayendo uno a uno...

La última mirada de Cacheuta fue de dolor. 

Dolor, por los valientes que yacían a su lado.

Por no poder comprar la libertad del señor que confía, que espera. Y su dolor dibujó una lágrima en el cobre de su cara y en la montaña. Y Hunuc Huar también lloró a sus hijos amados.

De pronto, donde estaba escondido el tesoro que ya buscaba ávido el enemigo, surgieron columnas de agua hirviente del mismo corazón de las piedras, y con un rugido devastador, sepultaron al ejército invasor.

Después, sólo un suave murmullo. El agua roja de sangre y de horror se convirtió, poco a poco, en las lágrimas del cacique. Maravillosas y cristalinas lágrimas de agua sanadora.

Y fueron, desde ese momento, el legado bondadoso y eterno de quien no pudo cumplir su noble misión para todos los que, puros de corazón, necesitan aliviar sus males. Aunque están siempre dispuestas a levantarse hirvientes, si alguien osara acercarse con violencia o traición.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Una visita a un lugarcito de Piedra Blanca la:FUNDACIÓN RINCÓN DE BELÉN



Se aprecian las sierras desde el campo de deportes y un azul cielo ilumina alegremente nuestra visita al lugar.


Invité a dos amigas a conocerla, pues en realidad hay mucha gente que no sabe de  este lugar ni  de su loable función.

La Fundación Rincón de Belén es una entidad civil sin fines de lucro, cuyo objetivo  es contener a chicos de hasta 12 años y personas mayores de 60. 











Nuestros anfitriones nos fueron guiando por las cómodas dependencias que albergan muchas inquietudes relacionadas con la contención de la infancia , con juegos, apoyo escolar, actividades lúdicas y.... buenos consejos.



No interesa el credo que profesen, todos son acogidos con amor y dedicación. 


Funciona un coro, de donde viene también gente de muchos lados de la Villa de Merlo,  los adultos pasan armoniosos momentos entrelazando sus voces en franca camaradería.


Hay gente que desinteresadamente, dona una o más horas de su vida para colaborar con lo que pueden.

En esta visita encontramos a las maestras que dan apoyo escolar, al instructor de deportes  y al responsable de esta Institución él cual nos explica que se necesitan más colaboradores para poder contener más chicos. 




Sè de gente que podrìa "sacrificar" una hora de su vida para enseñar lo que saben.. Pero pareciera que el DAR sin recibir gratificación monetaria no va con su esencia.¡¡ LÁSTIMA GRANDE!! 

Aunque necesitemos ganarnos el pan, no nos arruinaremos si donamos unas horas para esta empresa que ayudará al mundo a mejorar desde sus raíces; los niños

Si usted desea conocerlo, le cuento que desde la Rotonda de Piedra Blanca, en el camino que nos lleva al ALGARROBO Abuelo pasando la primer curva y antes de llegar al dispensario de salud, a su izquierda lo encontrará.

y estoy segura que como mis amigas ,comenzará a ser parte de la comunidad.
Enterándonos de quièn fuera  San Pìo, cuyo nombre preside el SUM de la fundación.








viernes, 19 de febrero de 2016

miércoles, 14 de diciembre de 2011

continuación de "la cautiva del último malón de Renca"

los genes dicen que se repiten en la tercer o cuarta generación y así Eduviges heredó lo más cruento del carácter de su bisabuela Fermina, cuentan que nunca nadie la vió reir,sólo un rictus pétreo que quería imitar una sonrisa..............
Así fue que llegó a este mundo una muchachita de profundos ojos negros y cabello duro como cepillo, que  recordaba la figura de  aquel capitanejo de Yanquetruz.
¡¡pobre la "doñita" criada por una bisabuela que se había reencarnado en su madre!!! Su hermano ,al fallecer Eduviges,ya libre de su tutela contrajo matrimonio y la "doñita" a pesar de haber sido amparada por una tía nunca pudo librarse del estigma que le bajara por vía materna y así dió origen a la leyenda de La Mora Nona.

Nota: puede leerse la historia completa en el libro "El llamado de Piedra Blanca y el Ala de los Olguín 
EDUVIGEES PERALTA

R
emontándonos a los tiempos del último ataque del cacique Yanquetruz a la población de Renca, en el año 1834, podremos comprender su figura, tal vez signada por la historia de su bisabuela Fermina.
Fermina habitaba en los pagos de Renca con sus padres, sangre mestizada con el español, que le dieran esos ojazos de brasa y cimbreantes caderas de cumbrera.
El temor acompañaba siempre los pasos de los habitantes de Rena, alertas al huir de los pájaros en las madrugadas y al temblor de la tierra cuando se acercaba el malón de los ranqueles, que acosaban la zona en ataques sorpresivos pero esperados. Un poco de tranquilidad había insuflado esperanzas ccon las noticias llegadas a la zona de la derrota del cacique ranquel en la batalla de las Acollaradas el 16 de marzo de 1833 a manos del general José Ruiz Huidobro, que había partido a mediados de febrero desde San Luis con unos 1000 soldados, pero no se habían anoticiado de que Huidobro, tuvo que regresar cuando el temido cacique le arrebatara la caballada.
Es en 1834 cuando Yanquetruz regresa a su territorio e inicia una
campaña contra San Luís, atacando el 7 de marzo a Achiras (Córdoba) y luego continuar con El Morro y Renca.
Fue para entonces cautiva la joven mujer en el último malón. Cuando en octubre del mismo año, Yanquetruz es derrotado por fuerzas de San Luís y de Buenos Aires en la Pampa del Molle (o del Rosario) Fermina puede regresar a Renca con su pequeña hija, fruto de su unión con uno de los capitanejos del cacique, que fuera muerto en el combate.
Su vida en Renca no fue fácil, ya que las miradas de sus vecinos hacia su hija tenían el odio escondido por saber a la inocente criatura fruto del horror que había padecido Renca; por este motivo, Fermina decidió emigrar a otros pagos. Su carácter se había convertido en algo sombrío siempre al acecho y más que a la defensiva, al ataque.
No cuentan los anales como llegó a los parajes de Piedra Blanca, pero sí que aquí formó otra familia con un paisano sirio libanés “el turco Elía” que por su profesión de mercachifle la dejaba en la soledad del campo largos tiempos, mientras él recorría la provincia ofreciendo su mercadería.
Así con esta historia familiar, llegan los años 40 y el nacimiento de su bisnieta Eduviges.
Los genes dicen que se repiten en la tercer o cuarta generación y así vemos como Eduviges hereda lo más cruento del carácter de su bisabuela Fermina.
Cuentan que nadie la vio sonreír. Sólo un rictus pétreo que quería imitar tal vez una sonrisa la caracterizaba.
Su hermana Juana en cambio, era totalmente distinta, solidaria, inquieta y siempre tratando de proteger a sus sobrinos de la rigidez de Eduviges, que a veces rayaba con la crueldad en los castigos.
A los once meses de haber nacido el primer vástago, vino a este mundo una muchachita de profundos ojos negros y cabello duro
como cepillo, que si hubiera vivido Fermina le hubiera hecho evocar al padre, aquel caciquejo de Yanquettruz.
Parecía que con ese nacimiento, Fermina se había reencarnado en su bisnieta, pues Juana tuvo que imponerse y hacerse cargo de la niña, al ver el mal trato ocasionado por la madre.¡¡ que no hizo Juana para proteger a la niña ¡! Y ese fue tal vez el destino de la descendiente del capitanejo del último malón de Renca.
El hijo mayor de Eduviges, vivió largo tiempo bajo la tutela y la tiranía de su madre, hasta que a la muerte de ésta le llegó la liberación y al fin pudo comenzar una vida normal Concretó su anhelo de formar pareja con una moza de los altos del Rincón del Este, a la cual la imposición de su madre le prohibía el acercamiento amoroso.

Y la morera seguía creciendo, invadiendo como un ancestral malón aquel rancho de La Ramada


viernes, 15 de enero de 2016

3ª parte de:Un hermoso cuento de Navidad en Canela y Gramado, Brasil.

Hola, hoy los llevaré a las luces de Gramado.
preparada para salir

y ya caminando por las veredas de Canela   admirando las hortensias


y ya es la hora de encaminarse a Gramado a pasear por la calle techada que explota en navideñas luces
De repente se van apagando todas las luces, llueve muy despacito en la noche de Gramado



 En la obscuridad comienzan a moverse los engranajes (foto de la derecha) que marcan la proximidad de la Nochebuena.



                           
Parecen fotos iguales, pero no es así, van cambiando de colores con la iluminación.

 y entonces al iluminarse la avenida .............¡¡¡¡ belleza de luces y diseños!!!




La Iglesia Matriz São Pedro ocupa un edificio del año 1942 y constituye la mayor demostración de religiosidad de la comunidad. Es una construcción de basalto (piedra de origen volcánico), exhibe imágenes sacras en sus inmensos vitrales y tiene una torre de 46 metros de altura.


caminando hasta la iluminada iglesia de Gramado por la avenida hirviente de luces



En la próxima entrada los llevaré a pasear al LAGO NEGRO, del cual ya les adelantara algunas fotos en mi página de face. Pero esta vez, trataré de que sea más completo.
Estando segura que les gustará acompañarme, les digo: HASTA dentro de unos pocos días.

jueves, 14 de enero de 2016

2ª parte de :Un hermoso cuento de Navidad en Canela y Gramado, Brasil.




Paseando por La Aldea de Papá Noel, un cuento de hadas

Antes que los recuerdos se borren y ocupen mis horas otras secuencias, deseo compartir esos momentos hermosamente iluminados en este nuevo entrada
Entrando a la Villa dos Sonhos

fuimos caminando por esta avenida, donde vemos el árbol decorado por angelitos blancos

                                                                                 no falta el carro del tiritero donde duermen
los títeres esperando el momento de volver  a la vida en la mañana de Canela
y en este paseo mañanero, decidí regresar para ver la magia de la noche en el lugar

.



y así apareció la Casita de Papà Noel ante mi embelesada mirada
y el juego de las luces iluminando la fantasía
y la avenida que nos fue llevando de la mano hasta el lugar
y el deseo de poder llevar a mis nietecitos algún día no muy lejano a vivir este cuento de Navidad


HASTA LA PRÓXIMA ENTREGA, queridos lectores y confío en que hayan disfrutado de esta vista de la Aldea de Papá Noel, en Canela, Brasil

miércoles, 6 de enero de 2016

Un hermoso cuento de Navidad, en Canela y Gramado, Brasil.

Diciembre de 2015.
Ese día que aceptè ir a Brasil, particularmente a Canela y Gramado, ignoraba lo que iba a encontrar en esos lugares. 
Hacía muchos años que no visitaba el vecino paìs; siempre había sido la costa con sus hermosas playas ,ignorando que Brasil también posee otros lugares. Asì que el viaje se convirtió en el paseo por un hermoso cuento de hadas. 
Noviembre y diciembre se ambientan en la Navidad.
Le llaman a estos lugares, los pueblos de las hortensias por estar estas flores ofreciendo sus colores en todos los trayectos que se recorren.



















Canela y Gramado se encuentran separados por el llamado Valle del Quilombo, De origen africano, la palabra "quilombo" es utilizada en Brasil para nombrar a poblaciones clandestinas formadas durante la época colonial por esclavos que huían de sus señores en busca de libertad.


 También se dice que los hacendados portugueses irrumpian en esas poblaciones para llevarse a las jovenes y prostituirlas.
Un quilombo (del idioma kimbundu, una de las lenguas bantúes más habladas en Angola: kilombo) o también cumbepalenque es un término usado en Latinoamérica para denominar a los lugares o concentraciones políticamente organizadas de negros esclavos cimarrones en lugares con fuente de agua y cuevas, con alcaldes que ejercían su autoridad en el interior de los mismos.
Además los palenques eran asentamientos donde se refugiaban los esclavos negros que se rebelaban o se fugaban de su vida de esclavitud.(fuente consultada: Wilpkipedia.-)

Acompañados por la vista del valle nos adentramos
en Gramado por la Avenida de las Hortensias,
 las cuales ya han podido apreciar por la ventana del micro.-y ....

No deseo contarle algunas experiencias no gratas, pero....... Estas fotos que verán a continuación pertenecen a una plaza de Gramado, a la cual no pudimos apreciar sino a  sino a vuelo de pájaros, pues los conductores de la excursión que habíamos contratado en
Argentina, no estaban preparados para prestar servicios y equivocaron el rumbo retrasando de ese modo los tiempos y así no nos detuvimos en el Valle del Quilombo ni en la hermosa plaza blanca de Gramado.
Todo las formas que vemos de color blanco están hechas con ¡¡botellas!!





HASTA LA PRÓXIMA ENTREGA !!! en que seguiré contàndoles de este viaje por La sierra gaucha de Brasil.- Canela y Gramado.